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Mujer, Sangre, Luna y Tierra

SOMOS CÍCLICAS, sí! pero cada una a su manera.

Cada ser humano es único, cada cuerpo,

cada mujer, cada útero...

Las emociones y las energías que nos mueven durante nuestros Ciclos Menstruales no se rigen por ningún manual de biología o espiritualidad femenina.

Existen ciclos de 18, 28, 32 o 40 días de la misma manera que existen mujeres salvajes que salen a bailar con los lobos cuando hay luna llena, mientras otras disfrutan del éxtasis de una tarde en la peluquería o del placer de estar en casa cocinando.

Cada menstruación marca el inicio y el fin de uno de nuestros ciclos, que como una especie de bitácora de viaje con forma de espiral, en cada vuelta nos recuerdan de dónde venimos y hacia dónde vamos. Ser mujer también es nacer, vivir y morir con cada vuelta menstrual. Creamos, disfrutamos y evaluamos constantemente ilusiones, amores, proyectos laborales y vitales. Nuestros ciclos nos mantiene en movimiento, nos conectan con aquello que es realmente esencial y nos muestran hacia dónde dar el siguiente paso.

Todos los aspectos de nuestra vida, se manifiestan y equilibran a través de esta danza cíclica, incluso cuando nuestros cuerpos dejan de menstruar nuestro ritmo vital es apasionado, fluido y circular. Entender e integrar nuestros ciclos es fundamental para exprerimentar el verdadero PLACER de estar vivas.

El secreto está en dejarte guiar por tus Ciclos Menstruales.

Comienza por aprender a descifrar sus mensajes,estudia el lenguaje de tu cuerpo y sus fluidos.

Luego encuentra tus propios ritmos y permítete bailarlos todos.

Entre baile y baile conocerás tus sombras ¿qué tal si te atreves a amarlas con locura?

Y en cada giro no te olvides de soltar todo aquello que te roba la sonrisa...

si no te hace feliz no lo necesitas.

Diana Pinzón

Escritora - Investigadora

Educadora Menstrual-Invierno 2017

Comparto este bonito mensaje de Miranda Grey sobre los ciclos energéticos en las vidas de los cuerpos menstruantes. Tomado de la web de Wombblessing

¿Cuál ciclo influye más en ti y en tu vida: el ciclo menstrual, el ciclo lunar o el ciclo de la Tierra?

Cada mes experimentamos capacidades y energías asombrosas que se crean por el entramado profundo de tres ciclos de energía: nuestro ciclo menstrual, el ciclo lunar y el ciclo de estaciones de la Tierra.

Percibimos el mundo a través del centro energético del útero. No existe nada en nuestras vidas que no se vea influido por el útero, sus energías y su ciclo. Influye en nosotras física y emocionalmente, y modifica el modo en que pensamos. Esto implica que el centro energético del útero, y sus ciclos de energías femeninas arquetípicas (Doncella, Madre, Hechicera y Anciana Sabia), son nuestro primer paso en la comprensión de la Divinidad Femenina en nuestro interior y en el Universo. Todos mis libros acentúan primero el ciclo menstual, porque esta expresión cotidiana del centro del útero determina nuestra percepción de todo lo demás.

Pero no somos la expresión de un solo ciclo. Las fases de la Luna profundizan nuestras experiencias y nos ofrecen una visión más amplia de las energías y del rol de los arquetipos. Por ejemplo, nuestra experiencia del arquetipo de la fase menstrual (Anciana Sabia) es influenciada por el arquetipo lunar en nuestro momento del sangrado. Si estamos menstruando (Anciana Sabia) en luna nueva (fase de la Anciana Sabia) experimentamos un aumento de las energías de la Anciana Sabia, volviéndonos más retraídas y más profundamente ancladas en nuestro ser y en nuestra integridad. Si estamos menstruando (Anciana Sabia) en Luna Llena (fase de la Madre), experimentamos la energía de la Anciana Sabia ampliada pues encarnamos la energía Universal que se expresa ofreciendo sostén al mundo exterior.

A través de los arquetipos del ciclo menstrual, no manifestamos simplemente los cuatro aspectos de las energías femeninas, sino que manifestamos una combinación de energías menstruales y lunares, lo cual crea un entramado más profuso de capacidades y roles femeninos.

Nuestro centro energético del útero se encuentra también directamente conectado a la tierra en que vivimos, y las estaciones influyen sobre nuestras energías arquetípicas y nuestra percepción. Las energías de la tierra influyen todas nuestras fases cíclicas: si estamos en la fase Anciana Sabia (menstrual) en invierno (fase Anciana Sabia) experimentamos entonces una profundización de las energías de la Anciana Sabia. Si estamos en la fase Anciana Sabia durante la primavera (fase de la Doncella) somos más capaces de sacar a la luz la sabiduría de la Anciana y hacerla notar en la vida y el mundo cotidianos.

La combinación dinámica de las energías del ciclo menstrual, el ciclo lunar y el ciclo de la Tierra entraman una bella magia que nos ofrece dones, que hacen de nuestra vida femenina un reflejo maravilloso y bello de las muchas facetas de la Divinidad Femenina.

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